Aprender idiomas y conocer nuevas culturas han sido siempre mis dos grandes pasiones. Crecí en Logroño, pero mi sueño fue siempre salir y ver mundo. De pequeña me sabía parte de la canción de la serie de dibujos Heidi en japonés y con once o doce años empecé a estudiar alemán por mi cuenta con un curso y unos discos que había en mi casa. Con 13 años decidí que quería irme a vivir a Suecia y durante diez, hasta que finalmente lo conseguí, esa fue mi meta. Me hice con unos libros con cintas y empecé a aprender sueco. Cuando en 1992, con 23 años, por fin logré hacer mi sueño realidad y me trasladé a Estocolmo, ya lo chapurreaba.
Creo que nunca es tarde para aprender nuevas lenguas. Mi nuevo reto es el coreano y ya he pasado el nivel A1. Estuve en Corea hace un par de años y espero volver pronto.
Mi lengua materna es el español. Soy licenciada en filología inglesa, idioma que llevo usando desde los diez años y que domino a nivel casi bilingüe. Después de mis diez años en Suecia, hablo sueco con perfecta fluidez. Allí trabajé en varias empresas multinacionales como asistente y secretaria de dirección.
Por ello, después de muchos años traduciendo en mi tiempo libre, como voluntaria y como traductora autónoma, y ocupando puestos de asistente y secretaria ejecutiva en multinacionales, he decidido dedicarme a la traducción al cien por cien.
Soy una persona seria, motivada por el trabajo y con muy buenas capacidades comunicativas. El haber trabajado muchos años en varias multinacionales en Suecia y en España, en compañías de varios sectores, me ha aportado una base del mundo empresarial, que no muchos traductores poseen.
También doy clases particulares de sueco.